domingo, 2 de febrero de 2014

Casi muerte



Concedamos una pequeña existencia

a lo no vivo,

-como quería Platón,
quizá-

a las cosas que se arrastran

queriendo parecer algo menos negro

que la muerte


-las avenidas vacías

de un villorrio manchego

o la tundra hispánica

de Calatrava-


porque también nosotros

hace tiempo que perdimos

la capacidad para simular

la vida.


La vida

-cosa extraña-

¿A quién le importa?

¿Quién puede pensarla?

¿Qué obtendría con ello?


Nunca podemos confesarlo,

pero todos

-todos-

hace ya tiempo que elegimos.


Un vapor helado

desciende sobre un páramo

de cables y chatarra.



Es la nieve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario