miércoles, 7 de mayo de 2014

Rasgos

                                                                               

Número registrador- Desde aquí- el papel- el observador, es decir, el hombre disminuido, reducido a su capacidad contable y abstractiva- el registrador de los actos, quien cuenta desde el exterior artificial aquellos elementos susceptibles de ser captados, recogidos, por la red de la forma- la actividad teórica sin su correlato práctico, es decir, la actividad teórica castrada, es siempre un modo menor de existencia, que solo se configura como un elemento a la altura de la actividad mundana en casos excepcionales, y que la mayor parte de las veces es el resultado de un reflujo, de la imposibilidad para el pensamiento de manifestarse como actividad- es decir, como cosa pública, política- y que por tanto debe regresar a la caverna, al mundo de las sombras, para instalar su hogar en el único lugar que se le permite habitar: su propia mismidad.

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El fragmento como espacio libre, que permite evacuar un pensamiento que de otro modo quedaría atrapado por no poseer el estatus necesario para ser reconocible- a través de un texto público- pero que al tiempo condensa ese tránsito, esa mezcla-mixis- de actividad y pensamiento, de devenir que se muestra a sí mismo como trabajo y motor que lleva al acto objetivado, o al pensamiento, digno, ahora sí, de ser reconocido.

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Solo para iluminar, de forma lateral, el espacio desértico que le presta el hueco del instante, existe el fulgor de la frase.

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Solo para la conciencia el océano y el desierto son antítesis. En realidad, no son sino hermanos.

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Todo el conocimiento no es sino un problema de justicia debidamente impartida.

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Somos como un árbol cada vez más viejo: damos frutos maduros al tiempo que las ramas más altas se inclinan hacia el suelo.

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Nuestro propio lenguaje limita el acceso que podamos tener a lo absoluto, y por tanto nos frustra; pero solo en él podemos expresar de forma absoluta esta frustración.

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Es suficiente aquello que logre emanciparnos por un instante de la oscuridad absoluta, sea ello un soplo, una melodía o el simple y temporal retiro del dolor.






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