domingo, 29 de junio de 2014

Lemniscata (XI)


[305, 305]


Atómica estelar- Lo universal- el sueño del filósofo platónico, el anhelo del teólogo, el éter del místico- no garantiza un asiento divino, ni mucho menos la disposición de un promontorio privilegiado. Porque la existencia misma de lo que carece de privilegio representa ya un obstáculo, una hendidura en la plenitud del absoluto. Pero además el promontorio de las verdades universales no garantiza aquellas cosas por las que los seres humanos conquistarían acaso la armonía característica del pitagórico. Primero, porque las verdades universales son atómicas- esto es, no forman una constelación coherente atractiva para el entendimiento y sus formas, sino que se hallan aisladas en su gravedad y tanto más aisladas cuanto más profundas y superiores son al espacio y al tiempo; segundo, porque su contacto no produce sosiego, felicidad, sino ese gélido sentimiento que la gran obra proyecta sobre el espíritu contemplativo: la magnanimidad de aquello que por superior resulta lejano, inhumano, intratable en suma. En consecuencia, también aquel que contempla lo universal lo hace en armonía con este carácter o naturaleza sobrenatural- y los espacios de su contemplación rehuyen lo humano, lo caluroso y familiar. El mundo terrenal, por el contrario, es el espacio en el que el entendimiento ha de operar sobre realidades contingentes y precarias- es el dominio del matiz, de la excepción, pero también el de la disposición al diálogo, a la comunicación, que es la inclinación a la desacralización y a la secularización de todo aquello que aparece en primera instancia como superior a las fuerzas humanas. Su espacio por excelencia es el ágora. Su momento preferido de la jornada, el mediodía. Porque la luz es la primera enemiga de toda metafísica.

                                                                         [307, 307]

El pensamiento se repliega sobre sí cuando se hallan obturadas las salidas naturales (la acción) de su trayectoria. Pero una vez replegado, el mundo interior que se abre a sí mismo es tan extenso como el mundo natural al que estaba destinado. Y también más falso.

                                                                       [1385, 1385]

Sólo se soportan las lluvias perpetuas descansando algún tiempo bajo las chozas de los dogmas.

[183, 183]

Natura Naturata- La Naturaleza también falla. Las aves no siempre logran construir sus nidos de forma permanente. Una tormenta, un viento, arrasan con sus casas como lo hacen los huracanes con las nuestras. Pero esto no es motivo para que, con una paciencia indómita, no vuelvan de nuevo a intentar colocar sus nidos. Aprendamos de las aves.

[67 , 67]

El pensamiento es -naturalmente- el apéndice de la acción- el embrión de la actividad humana. La ruptura de este movimiento que lleva del embrión a la maduración produce el pensamiento filosófico, que no es sino una acumulación de fuerzas sobre un punto opaco, y por tanto, una especie de enfermedad natural.

[1126, -1126]

Campana dominical- Nunca sentí la cabeza tan pesada, la frente tan caliente, como aquel domingo en el que la campana de la iglesia no cesaba de golpearse contra sí misma- ni el mayor flujo de tráfico en una gran ciudad podía asemejarse a ello. Un pequeño pueblo, sobre el que se extendía lentamente la manta de la noche, era incendiado y excitado por el lamento de esta campana, que no solo lloraba por el muerto, sino que también parecía hacerlo por los que aún seguíamos vivos.

[835, -835]

Cualquier camino puede llevar a cualquier otro.





lunes, 23 de junio de 2014

Lemniscata (X)


[282, 282]

Achtung- Cada vez que un filósofo decide hacer política, una llama se enciende en el faro de Siracusa.


[303, 303]

Lugares hermanos, donde sus habitantes son también nuestros hermanos- la cueva, el hospicio, la montaña, el bosque, el desierto, las simas, los barrancos, los pueblos desolados.

[317, 317]

Thesis universalis- Es cuestión de tiempo que la fiera devore al amo que llevó a cabo su crianza.

[417, 417]

Geometría histórica- La línea de la existencia meramente temporal pocas veces resulta paralela a la línea del devenir universal. Solo en ocasiones revolucionarias- picos donde la singularidad de un grupo, un individuo concreto, una clase, etc, son paralelas a lo que exige o debería exigir el propio devenir universal a fin de comprenderse a sí mismo. Se trata de momentos como la Grecia de Pericles, la Revolución Francesa o la Revolución Rusa, los mejores instantes del Renacimiento. Pero esos momentos en los que a decir de Hegel la idea y lo real son una y la misma cosa, se configuran como excepciones históricas- aquella línea de la existencia temporal comienza su vuelo rotacional ya lejos de la línea del devenir universal, trazando una elipsis cada vez más amplia, una tangente cada vez más alejada del devenir universal. Quien plantea allí las exigencias que corresponden solo a una feliz coincidencia temporal entre las dos líneas, está simplemente perdido: no se ha dado cuenta de lo lejos que se hallan sus preguntas de la existencia temporal, real, en la que vive- de la distancia entre la órbita en la que se halla y la órbita en la que sus preguntas tienen la respuesta que en vano busca con pasión.

[549, 549]

Horror vacui: hoy en día, más que horror a la nada, nos horroriza la idea del ser.

                                                                           [90, 90]

A Von Hórvath lo mató una rama cuando paseaba de camino hacia su casa. Tycho Brahe murió atragantado mientras se daba un festín. Cualquier acontecimiento sin relevancia puede llevarnos a la tumba: la picadura de este insecto, el ataque de un ácido en el riñón, la falta de oxígeno repentina en el cerebro. Y en función de la importancia de estas posibles causas de mortalidad, puedes evaluar proporcionalmente la importancia de la vida que te quitan.

[2146, -1162]

De la nulidad del vivir sólo se pueden extraer limosnas cognoscitivas.

[1471, -1471]
Todos nuestros apocalipsis han sido hasta ahora metafóricos. Con el primero- la muerte de la ciudad-estado helénica- se perdió el hombre político. Con el segundo- las profecías de Nietzsche- se perdió el hombre moral. Mas solo el último- el que nos espera una vez el sol deje de emitir su energía-, el apocalipsis cósmico, el verdadero apocalipsis, será como tal un fin. El verdadero Apocalipsis – el del hombre cósmico- no es metafórico: es literal.
[1253, -1253]

La destrucción de todo centro es el logro más ingenioso de nuestra época.




viernes, 20 de junio de 2014

Lemniscata (IX)


[-1170, 1170]

Elogio de la aurora- 'Aquel hombre que no cree que cada día contiene una hora más temprana, sagrada y auroral que la que él ya ha profanado, desespera de la vida y avanza por un camino descendente y oscuro' (Thoreau). Abominar de los lunáticos, de los insomnes, de los noctámbulos. Alimentar el pensamiento auroral en detrimento del pensamiento del crepúsculo. Poetas de la luz (Goethe) frente a poetas de la oscuridad (Trakl). La hora de la lucidez y de la alegría es la hora mantinal. La noche- como decían los viejos- se hizo para dormir.

[-1171, 1171]

La humildad del pensamiento ante el número que iguala todas las cosas, todos los seres. ¿Y qué es el número, sino lo que queda una vez realizado el trabajo del devenir?


[-1169, 1169]

Elogio de la impureza- La hibridación- en el reino animal, en los géneros literarios, en el propio pensamiento- es interesante porque revela el carácter artificial de toda forma- durante un tiempo los individuos híbridos o intermedios en la gran cadena del Ser de las ciencias naturales plantearon el carácter forzoso de las categorías taxonómicas- y así un empirista como Buffon pudo imaginar una continuidad entre el ser más desarrollado de la cadena animal y el animal más simple. De igual modo, las hibridaciones y bifurcaciones incompletas en los géneros literarios revelan el carácter artificioso del pensamiento- el filósofo impide que la poesía colonice su tratado, el ensayista da forma completa a su texto sin permitir demasiadas incorporaciones ajenas a su tema principal, el científico destierra de su campo de investigación todo objeto que haya incorporado previamente a su catálogo de objetos metafísicos, etc- dominado por la forma; y es así como ese pensamiento tiene siempre un carácter artístico- el dominio de la forma sobre la materia que secciona y selecciona el campo de fuerzas de lo real- mientras que el pensamiento híbrido ( el pensamiento impuro) revela el trasunto eterno, la materia de fondo que fundamenta toda pretensión de la forma por conquistar su orgullo y evidencia la impermeabilidad en último término de la materia frente al acto, de la red del pensamiento homogéneo frente a sus estribaciones impostadas. También aquí hay solo individuos- no categorías, que, como decía Buffon de los métodos artificiales, 'hablan de seres abstractos que no se parecen en nada al ser real'.


[-1180, 1180]

Sacrificio- Toda escritura implica un sacrificio, una amputación preciosa de la realidad, que es inevitable para que la escritura adquiera consistencia. Incluso allí donde diríamos la escritura logra una capacidad de síntesis virtuosa, a medio camino entre la belleza artística y la condensación del conocimiento- lo que todo pensador vibrante trata de lograr a través de axiomas, sentencias, fórmulas- también hay una no menospreciable amputación de lo real que se manifiesta como amputación del discurso. La sentencia que vibra ha de hacerlo al precio de callar los áridos mecanismos que también la harían perdurar en el tiempo, si pudieran darle la voz justa. En suma, la escritura y la justicia son cosas excluyentes. Toda escritura implica mover la balanza y por tanto desequilibrar el flujo natural de lo real, que con ello queda transfigurado al tiempo que mutilado y desechado.

[-1181, 1181]

El problema de la forma es también el problema de aquella justicia para con las cosas. Pero quien forma violenta lo real; el formador- ya sea poeta, filósofo, político, dirigente- no puede buscar la justicia de las cosas, aquella justicia que llevaba a los filósofos presocráticos a suponer un logos supratemporal que regía los fenómenos del universo. El dominio de la forma es el quebrantamiento material, la disección de lo informe, la irregularidad. Lo informe y uniforme es la resistencia, el obstáculo material que halla la propia materia en desarrollo hacia su forma, que es también el desarrollo hacia sus poderes formativos. El problema de la forma es también el problema de la política desde Karl Marx: si hay que transformar el mundo o simplemente comprenderlo. Ambas son tareas formativas, pero solo la primera tiene verdadera conciencia sobre su carácter formal.

[-1140, 1140]

Primero como tragedia, después como farsa- La historia se anula en la solidificación de las heridas, en el establecimiento arbitrario de una lucha que resulta como consecuencia de un agotamiento; en el sanatorio de la post-historia el enfermo estimula sus músculos y ejercita su inteligencia, preparándose para el nuevo orgasmo que le espera a la salida del hospicio; pero esta vez no retornará la historia, sino un simulacro de la misma; la reproducción en cartón de lo que una vez fue una epopeya y un derramamiento de sangre sancionado por los más altos ideales, las más selectas de las teorías sociales; volverá la historia como un surco arrancado del río principal y con actores de segunda categoría; mas todo lo que caracterizaba a la lucha retornará, con su dolor, su sufrimiento, sus éxtasis. Preparémonos para la farsa de la historia con las armas que nos proporcionó una vez la tragedia de la historia.

[-1139, 1139]

El sueño de la paz ensaya para el amargo despertar de la guerra.



sábado, 14 de junio de 2014

Lemniscata (VIII)


[-1163, 1163]

La muerte- un asunto de duelo, no un asunto de reflexión.

[-1164, 1164]

Desbrozar y dividir los factores a explicar en sus mínimos posibles- ir hasta el fondo, en el sentido de reducir y simplificar las fuerzas implicadas en cada caso. Un método familiar a los mecanicistas franceses, que acostumbrados a la simplicidad, incluso vieron como un oscuro objeto metafísico las fuerzas a distancia newtonianas. Aplicar el mismo método a todo lo que pueda ser objeto de reflexión- la comunicación humana, la política, la moral- y sobretodo saber diferenciar aquello que es objeto de reflexión y aquello que, a causa de su naturaleza particular, resuelve su inteligencia en relación con otras cualidades- afectos, actitudes, pasiones, etc-.

[-1165, 1165]

Alguien que no solo apenado por la muerte de un ser querido, sino que, intentando razonar acerca de la intensidad de la pena, deduce que ésta representa un injerto antinatural en la condición humana. Su conclusión es clara: la muerte es algo ajeno a la naturaleza humana, por tanto, la muerte no es nuestro destino real. Vivimos para la vida eterna- siguiendo a Schelling, solo la vida eterna es vida- y esto aplaca y sobre todo, hace comprensible la intensidad de aquella pena. Con ello, se olvida que la muerte no es un asunto de la inteligencia, sino de los afectos- y que abordar este fenómeno a través de la pura inteligencia solo produce teorías metafísicas y ultramundanas como justificación de las pasiones. Es por eso que Feuerbach se equivocaba groseramente cuando decía que la religión era un invento de la pasión. La religión es un invento de la razón por hacer aceptable para sí la intensidad sobrenatural de la pasión.

[-1166, 1166]

Nada más ajeno a toda complicación religiosa o teológica que un programa de clarificación de los conceptos. Es por eso que un espíritu religioso como Wittgenstein tuvo que abrir un precipicio entre un terreno y otro. Pues nada ama más el espíritu religioso que la complicación de la inteligencia en los fenómenos humanos.

[-1167, 1167]

Para Hegel, el [futuro] amo es aquel que desprecia su vida arriesgándola, o que por haber arriesgado su vida ha logrado superar precisamente el miedo a la muerte. La superación de ese miedo es precisamente lo que garantiza el poder y la libertad; la conservación de ese miedo es lo que genera el comportamiento religioso. Pero como el comportamiento religioso incluye la aceptación de un mal sobrenatural que nos aflige, el comportamiento religioso es por esencia un comportamiento esclavo.

[-1168, 1168]

No hay Dios una vez que la muerte ha dejado de causar pavor al corazón.





martes, 10 de junio de 2014

Lemniscata (VII)


[57, 57]


No sabemos si las transformaciones sociales producen modificaciones en las categorías que permiten el conocimiento humano. La teoría cuántica en física quizás solo hubiera sido posible gracias a la destrucción de los fundamentos metafísicos del mundo a través de Nietzsche y Heidegger. Si Pericles hubiera dispuesto de un acelerador de partículas, quizá el mundo que hubiera observado se hubiera asemejado más al de Copérnico que al de Max Planck.

[58, 58]

Nietzsche intentó producir una filosofía para la física: el Eterno Retorno como concepto filosófico que incluye también la descripción física de los fenómenos que rigen nuestro mundo.

[59, 59]

Lemniscata Infernus- Una religión de condenados- Sísifo, Tántalo, Prometeo, Ixión.

[78, 78 ]

La venida real del Mesías pertenece a los movimientos cósmicos de la materia: el choque con un asteroide, la inflamación del sol, el derretimiento definitivo de los polos.

[79, 79]

La última palabra será dicha con el último hombre. La razón será de aquellos que vivan la última época de la humanidad. Ellos serán sus víctimas y al tiempo sus protagonistas esenciales.

                                                                           [90, 90]

A Von Hórvath lo mató una rama cuando paseaba de camino hacia su casa. Tycho Brahe murió atragantado mientras se daba un festín. Cualquier acontecimiento sin relevancia puede llevarnos a la tumba: la picadura de este insecto, el ataque de un ácido en el riñón, la falta de oxígeno repentina en el cerebro. Y en función de la importancia de estas posibles causas de mortalidad, puedes evaluar proporcionalmente la importancia de la vida que te quitan.

[91, 91]

Maxima mortalis-Lo más despreciable e indigno para el fallecido es la lástima que sienten por él aquellos que le velan.

[92, 92]

Aunque pudiera parecerlo, la ceniza no es un fruto.


                                                                            [98, 98]

Cosmologica- Así como las órbitas de los astros se desvían de su trayectoria formando lo que llamamos excéntricas, los movimientos de la materia como resultado de su organización y progresiva complejidad forman lo que llamamos el espíritu, la conciencia- la desviación de la materia que produce con ello el conocimiento de sí misma, como del mismo modo Saturno se conoce a sí mismo- se caracteriza- por la alteridad de sus anillos.

[116, 116]

Platón arrojó fuera de su ciudad ideal a los poetas con razón. Si el poeta toma el báculo, cualquier Pisístrato será un gato doméstico a su lado.
[117, 117 ]

Un río lleno de furia- La verdad es un río lleno de furia. Como en un río semejante, cualquier paleta que se ponga en su cauce solo recogerá un instante de su recorrido. Pero solo puede verlo completo- desde la montaña donde nace hasta el mar donde muere- quien navega inmerso en él. Y quien navega inmerso en él no puede al mismo tiempo levantar la presa que lo ciña.


[131, 131]

El orden- la forma- es en cualquier caso una construcción, una abstracción sobre la materia informe que sin embargo representa el fundamento de aquella construcción- entre el orden como forma y la materia pura como densidad informe existen múltiples maneras de articular el conocimiento- frente a esta multiplicidad variopinta, la fórmula, la tesis, el sistema omnicomprensivo o el aparente orden del texto filosófico, son solo tomas instantáneas, fotografías que falsean las conexiones fundamentales que solo pueden enhebrarse a través de movimientos -sutiles, laterales, transversales, excéntricos-.

[139, 139 ]

Lo que angustia es la falta de referencias, pero es la falta de referencias lo que proporciona libertad.




sábado, 7 de junio de 2014

Natura naturans


La ortiga que envenena
los élitros azules del insecto
o los vórtices del viento
que golpean los nidos
de las aves en los techos
llevándose lo más preciado
-los hijos-

y tú en medio
de un lado a otro
no has querido comprender
que ése, tu hermano
-mineral,
olivo o serpiente-

está encadenado a ti
con el rigor de una ley
escrita en las estrellas

y que has de adivinar
-como decía Lichtenberg-
tu destino en el movimiento
de un insecto

la ley de la materia
en el temblor de los olivos.