viernes, 20 de junio de 2014

Lemniscata (IX)


[-1170, 1170]

Elogio de la aurora- 'Aquel hombre que no cree que cada día contiene una hora más temprana, sagrada y auroral que la que él ya ha profanado, desespera de la vida y avanza por un camino descendente y oscuro' (Thoreau). Abominar de los lunáticos, de los insomnes, de los noctámbulos. Alimentar el pensamiento auroral en detrimento del pensamiento del crepúsculo. Poetas de la luz (Goethe) frente a poetas de la oscuridad (Trakl). La hora de la lucidez y de la alegría es la hora mantinal. La noche- como decían los viejos- se hizo para dormir.

[-1171, 1171]

La humildad del pensamiento ante el número que iguala todas las cosas, todos los seres. ¿Y qué es el número, sino lo que queda una vez realizado el trabajo del devenir?


[-1169, 1169]

Elogio de la impureza- La hibridación- en el reino animal, en los géneros literarios, en el propio pensamiento- es interesante porque revela el carácter artificial de toda forma- durante un tiempo los individuos híbridos o intermedios en la gran cadena del Ser de las ciencias naturales plantearon el carácter forzoso de las categorías taxonómicas- y así un empirista como Buffon pudo imaginar una continuidad entre el ser más desarrollado de la cadena animal y el animal más simple. De igual modo, las hibridaciones y bifurcaciones incompletas en los géneros literarios revelan el carácter artificioso del pensamiento- el filósofo impide que la poesía colonice su tratado, el ensayista da forma completa a su texto sin permitir demasiadas incorporaciones ajenas a su tema principal, el científico destierra de su campo de investigación todo objeto que haya incorporado previamente a su catálogo de objetos metafísicos, etc- dominado por la forma; y es así como ese pensamiento tiene siempre un carácter artístico- el dominio de la forma sobre la materia que secciona y selecciona el campo de fuerzas de lo real- mientras que el pensamiento híbrido ( el pensamiento impuro) revela el trasunto eterno, la materia de fondo que fundamenta toda pretensión de la forma por conquistar su orgullo y evidencia la impermeabilidad en último término de la materia frente al acto, de la red del pensamiento homogéneo frente a sus estribaciones impostadas. También aquí hay solo individuos- no categorías, que, como decía Buffon de los métodos artificiales, 'hablan de seres abstractos que no se parecen en nada al ser real'.


[-1180, 1180]

Sacrificio- Toda escritura implica un sacrificio, una amputación preciosa de la realidad, que es inevitable para que la escritura adquiera consistencia. Incluso allí donde diríamos la escritura logra una capacidad de síntesis virtuosa, a medio camino entre la belleza artística y la condensación del conocimiento- lo que todo pensador vibrante trata de lograr a través de axiomas, sentencias, fórmulas- también hay una no menospreciable amputación de lo real que se manifiesta como amputación del discurso. La sentencia que vibra ha de hacerlo al precio de callar los áridos mecanismos que también la harían perdurar en el tiempo, si pudieran darle la voz justa. En suma, la escritura y la justicia son cosas excluyentes. Toda escritura implica mover la balanza y por tanto desequilibrar el flujo natural de lo real, que con ello queda transfigurado al tiempo que mutilado y desechado.

[-1181, 1181]

El problema de la forma es también el problema de aquella justicia para con las cosas. Pero quien forma violenta lo real; el formador- ya sea poeta, filósofo, político, dirigente- no puede buscar la justicia de las cosas, aquella justicia que llevaba a los filósofos presocráticos a suponer un logos supratemporal que regía los fenómenos del universo. El dominio de la forma es el quebrantamiento material, la disección de lo informe, la irregularidad. Lo informe y uniforme es la resistencia, el obstáculo material que halla la propia materia en desarrollo hacia su forma, que es también el desarrollo hacia sus poderes formativos. El problema de la forma es también el problema de la política desde Karl Marx: si hay que transformar el mundo o simplemente comprenderlo. Ambas son tareas formativas, pero solo la primera tiene verdadera conciencia sobre su carácter formal.

[-1140, 1140]

Primero como tragedia, después como farsa- La historia se anula en la solidificación de las heridas, en el establecimiento arbitrario de una lucha que resulta como consecuencia de un agotamiento; en el sanatorio de la post-historia el enfermo estimula sus músculos y ejercita su inteligencia, preparándose para el nuevo orgasmo que le espera a la salida del hospicio; pero esta vez no retornará la historia, sino un simulacro de la misma; la reproducción en cartón de lo que una vez fue una epopeya y un derramamiento de sangre sancionado por los más altos ideales, las más selectas de las teorías sociales; volverá la historia como un surco arrancado del río principal y con actores de segunda categoría; mas todo lo que caracterizaba a la lucha retornará, con su dolor, su sufrimiento, sus éxtasis. Preparémonos para la farsa de la historia con las armas que nos proporcionó una vez la tragedia de la historia.

[-1139, 1139]

El sueño de la paz ensaya para el amargo despertar de la guerra.



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