domingo, 8 de noviembre de 2015

Hechizos


'Apariencia estable'- un término para designar aquella experiencia, estado de cosas o espacio en el que vivimos, que llamamos 'realidad'. 'Apariencia', porque conocemos su naturaleza perfectible, contingente, en último término indeterminada; 'estable', porque tal contingencia suya ha logrado producir sus propias leyes, sus propios hábitos e inercias; porque su propia historicidad no la priva de cierta legitimidad, de cierta consistencia. Y porque, por último, es difícil transgredir, traspasar, su carácter aparente y devolverlo a su verdadera naturaleza, la fragilidad y volatilidad del devenir. Esta presencia cuyo oxígeno respiramos y en cuyo vientre nos alimentamos, es a la vez apariencia y esencia: apariencia para nuestra conciencia filosófica, para esa certeza insobornable que sabe relativizar y colocar en su lugar a todo aquello- sistema, idea o dios- que se presenta como definitivo e inmutable; esencia, porque es capaz no obstante de tensarse sobre sí mismo, sobre sus propias contradicciones y sus propias imágenes, creando la ilusión óptica de parecer más real de lo que en realidad es. Esencia, en fin, porque aún conserva la capacidad de hechizar. Y, para los ojos hechizados, la apariencia es, en definitiva, toda esencia posible, toda esencia pensable...